lunes, 15 de diciembre de 2008

¿NOS QUEDA UNA ESPERANZA?

Conocida la realidad de los grandes contrastes socioeconómicos en Sopó, surge un proyecto en el Concejo Municipal para reglamentar?... o evitar los hacinamientos, pero la pobreza no tiene dolientes; mientras los arrendadores que se han lucrado por años de las necesidades ajenas, parecen haber encontrado su propio representante en la Honorable Corporación, aquel a quien le parece que especificar un baño para cuatro personas es demasiado, que sería suficiente con una habitación de dos por tres , que con tener una cocina donde quepan las ollas ya es bastante, pensar en espacio para comedor sería demasiado, que patio de ropas para qué... mientras no se vea hacia el exterior... y, tristemente, vimos a través del canal comunitario, que ninguno de aquellos que en otras oportunidades mostraron alguna forma de sensibilidad, la trajeron a este “debate” donde los corazones estuvieron dormidos, cansados quizá por tratarse de la última sesión del año, extraordinaria. Así pasó, convirtiéndose en acuerdo, por votación unánime, con el silencio complaciente de todos los presentes, incluso el del funcionario de la Administración Municipal.

Por fortuna, nos queda una esperanza: la responsabilidad de reglamentar estos espacios (ojalá no legalizarlos como están) recae ahora sobre la Administración Municipal, donde ojalá encuentre un corazón sensible, un cerebro que comprenda la responsabilidad social de la frase, “primero la gente”, un funcionario que, haciendo eco a las inquietudes generadas al conocer “la otra cara de Sopó”, en los próximos tres años convierta éste, en un gobierno ejemplar, que transforme a Sopó en un municipio modelo donde se hayan erradicado los nacientes brotes de miseria.

No hay comentarios.: